Nuestra experiencia en Zaragoza con la Virgen del Pilar

Pili y Dierk. Zaragoza 11 de Octubre de 2023
BENDITO LLAMADO
Por Rocío de Pilar Beil
El llamado al viaje
Aunque siempre he creído en Dios, hace algún tiempo inicié mi proceso de conversión después de mi consagración a Jesucristo, la sabiduría encarnada, por las manos de María.
Ese hermoso camino me llevó al rezo del Rosario diario y en esa humilde oración, un corazón dócil empezó a acudir a los llamados del Señor y María Santísima.
Un día en mi ciudad -Plochingen, Alemania -y frente al Santísimo; me vino el pensamiento de visitar a Nuestra señora del Pilar de Zaragoza en su día. Una locura. ¡Bendita locura!, teniendo en cuenta que justo la primera semana de octubre inicio semestre en la universidad y en otra escuela de Stuttgart en donde enseño español. Aún así y consciente de lo que podría significar esa ausencia en mi trabajo, mi esposo y yo tomamos la decisión de ir a la gran fiesta de amor de María del Pilar.
Los preparativos
La Virgen del Pilar es muy especial para mí porque me llamo Rocío del Pilar, nombre inspirado en esta advocación y que mis padres lo tenían escogido desde su luna de miel. Una hermosa niña zaragozana se llamaba así y mis padres sin dudarlo dijeron: Así se llamará nuestra primera hija.
Los símbolos siempre han sido muy importantes en mi vida y los católicos contamos con prácticas exteriores que llevadas con piedad nos ayudan a fortalecer nuestra fe. Es así, que compré una medalla escapulario de la Virgen del Pilar, con el firme propósito de que me fuese impuesta como sacramental el día 12 de octubre.
Soy periodista y pensé que sería maravilloso hacer una entrevista sobre la celebración de la Virgen del Pilar. Hice algunas llamadas y me puse en contacto con el P. José Antonio Calvo Gracia. El gustosamente aceptó la entrevista y mi corazón se estremeció de amor. Ahora esta entrevista tendría un propósito.
La Fiesta pilarista
Mi esposo y yo nos quedamos en Belchite, una población cercana a Zaragoza. Nos advirtieron que tendríamos dificultades para entrar a Zaragoza y que era prácticamente imposible entrar a la ciudad durante las fiestas. Sin embargo, la Virgen nos ayudó y pudimos parquear relativamente cerca a la Basílica del Pilar.
Todo era un jolgorio de amor. Desde las calles atiborradas de fieles con trajes típicos y flores para Nuestra Señora, incluso el cielo se transformó con el poético movimiento de cuatro aviones F18 y tres Airbus A400M.
Nunca habíamos presenciado tanta devoción. Como periodista, hablé con los fieles que hacían la larga fila para entregar la ofrenda de flores a la Virgen del Pilar. Manuel de Ecuador y patriarca de la familia, expresó junto con su esposa e hijas que: “La Virgen jamás los había desamparado”. Llevaba una hora esperando y quizás tendría que esperar mucho más, pero solo se les veía satisfacción y entrega por cumplirle a Nuestra Señora en su día.
Los sacerdotes internacionales también hicieron presencia. David González, sacerdote mexicano agradeció a España por el regalo de la fe y su papel evangelizador en Latinoamérica.
En ese momento mi esposo y yo, apenas podíamos dar crédito de tanta devoción, amor, solemnidad y júbilo. La fiesta empezaba y nuestros sentidos y corazones aún no estaban preparados para ver como crecía la gran pirámide de flores. Así como lo afirmó el Cardenal D. Américo Alves Aguiar, quien presidió la fiesta de la Virgen del Pilar: “La gran pirámide es una escalera al cielo por medio de María”.
Así, siguió la ofrenda de frutos el día 13 de octubre y por la noche presenciamos en cuerpo y alma el “Rosario de Cristal”. Nos llamó la atención la importante presencia de hombres de todas las edades. De jóvenes, de niños. Algún día creímos que el Rosario era una oración de señoras, pero en Zaragoza, no.
La entrevista como propósito
El día 13 de octubre, me encontré con el P. José Antonio Calvo Gracia para hacer la tan esperada entrevista. Ya habíamos experimentando tantas gracias, pero el regalo que la Virgen del Pilar tenía para Dierk y yo era infinito. Desde, el mismo instante que empezamos a grabar, literalmente la oscuridad se hizo luz. El salón donde grabamos era oscuro, pero una luz tenue nos acompañó todo el tiempo. La calidad de video estuvo siempre garantizada por María. Cada respuesta del P. José Antonio, respondió a muchas preguntas, inquietudes, temores y solicitudes que tenía desde niña.
Sentí que la Virgen me restauró y me devolvió las virtudes perdidas por las vicisitudes de la vida, la ignorancia y la falta de fortaleza en la fe, la escasa seguridad en la confianza y la inconstancia en el amor y la caridad.
Entendí el propósito de mis padres con mi nombre y el de María por llamarme con su Pilar a ser justamente eso. Un pilar en el amor, la fe, la caridad y la esperanza.
La gracia la experimento, cada mañana cuando mi esposo, mientras desayunamos, dice: “Estamos con la Virgen para siempre”.
Así quedó sellado un amor profundo e infinito. Ese que es para siempre. La Virgen nos regaló una flor y en mi condición de hija “pequeñita” de María, quisiera ir devolviéndole muchas flores a ella y su hijo amado.
Las flores del servicio, del perdón y sobre todo de la fortaleza en la fe, la seguridad en la confianza y la constancia en el amor.
De flor en flor, iremos construyendo la escalera al cielo para el día del gran encuentro con Dios y María del Pilar.

Ofrenda de flores a la Virgen del Pilar. Zaragoza, octubre 12 de 2023.
La Virgen del Pilar de Zaragoza
Foto: Padre José Antonio Calvo Gracia. Delegado de culto y pastoral del Pilar.
La tradición pilarista
Por: Padre, José Antonio Calvo Gracia
La memoria de generaciones y generaciones nos lleva a los comienzos de la predicación apostólica. En Zaragoza, la Caesaraugusta romana, se encuentran Santiago el Mayor cansado y agobiado, orando junto con unos pocos convertidos, y la Virgen María que “viene” a consolarlo y a recordarle la misión encomendada por Jesucristo y la promesa: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».
Esta no es una “aparición”, sino una “venida”: una venida “en carne mortal”, porque la Virgen aún no había terminado sus días en esta tierra, no había sido “asumpta” al cielo, sino que se encontraba en Jerusalén, en la Iglesia madre. Las distintas narraciones de este hecho prodigioso hablan de una “venida gloriosa”, de una “noche que se hace luz”, de “cortes de ángeles”... y, sobre todo, de una “columna”.
Esta “columna” es el “Pilar”. La Virgen, en su encuentro con el apóstol Santiago, señaló una columna pétrea de jaspe rosado de 170 cm. de altura y 24 cm. de diámetro. Este Pilar, que no se ha movido del mismo lugar donde se produjo la Venida, representa la firmeza y seguridad de la fe cristiana en España y la comunidad de pueblos hispánicos que tienen en María un signo de esperanza.
La Virgen también recordó al Apóstol que debía construir la Iglesia: la Iglesia y un templo donde dar culto a Dios y conservar la memoria de su presencia maternal. El Pilar puesto por la Virgen es el signo en torno al cual edificar el que es conocido como primer templo mariano; y, sobre todo, la imagen de la Iglesia que, de la mano de María y de Santiago, comienza a extenderse.
¿Cuándo sucedió esto? Las tradiciones jacobea y pilarista nos llevan a un momento previo al martirio de Santiago y de la Asunción de María. En el siglo XVII, será una monja concepcionista franciscana, la venerable madre María Jesús de Ágreda (1602-1665), quien en su libro ‘La Mística Ciudad de Dios’ sitúe la Venida en el día dos de enero del año 40 de nuestra era cristiana.
El milagro de Calanda
Por Padre, José Antonio Calvo Gracia
El Milagro de Calanda
Finales de julio de 1637. Miguel Juan Pellicer, natural de Calanda (Teruel) tiene un accidente durante su trabajo. Cayó al suelo y le pasó por encima de la pierna derecha una de las ruedas del carro de su tío. Se la rompió más o menos a la altura del tobillo.
Le llevaron al hospital de Valencia y, al ver que cada vez empeoraba más, lo trasladaron a Zaragoza donde llegó a primeros de octubre con mucha fiebre y la pierna totalmente gangrenada. Antes de ingresar en el hospital fue a la iglesia del Pilar, donde se confesó y comulgó.
Ya en el hospital, viendo los médicos que la pierna no tenía curación decidieron cortarla cuatro dedos por debajo de la rodilla, sin más anestesia que una bebida bien cargada de alcohol mientras él se encomendaba a la Virgen del Pilar. Después de la operación, dos médicos enterraron la pierna en el cementerio del hospital.
Cuando se repuso de la operación, pasó dos años y medio pidiendo limosna en la puerta del Pilar, untándose el muñón con el aceite de la lámparas de la iglesia del Pilar y durmiendo en una posada o en los bancos del hospital.
Regresó a Calanda y el día 29 de marzo de 1640, cansado por el trabajo, se acuesta pronto y en la misma habitación de sus padres. Poco después, al entrar estos en el dormitorio, notaron una extraña fragancia; la madre se aproximó con el candil a su hijo y vio que le salían de entre las sábanas no una sino las dos piernas.
Era su misma pierna amputada: con antiguas cicatrices de niño y la lesión cerca de tobillo que le hizo el carro cuando le pasó por encima. El milagro fue documentado por los notarios locales, certificado por los médicos que le amputaron la pierna y asentido por las gentes que conocían a Pellicer como el “cojo de Calanda”. Vittorio Messori realizó una investigación sobre este suceso, publicándola en 1999 con el título ‘El gran milagro’.
Las grandes fechas en el Pilar
12 de octubre. Fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de Zaragoza y de Aragón.
¿Cómo se celebra el 12 de octubre?
Víspera del Pilar
Vibrante. Sobre las 20.30 horas del once de octubre, una singular procesión desde el altar mayor, hasta la Santa Capilla del Pilar, para cantar la ‘Salve’. Está presidida por los infanticos de último curso y el Arzobispo. Se llama ‘Claustro Magno’.
Misa de Infantes
Familiar. Díadel Pilar, 4.15 horas. Es plena madrugada y los niños son los primeros en cantar el ‘Bendita y alabada’ a la Virgen en el día de su fiesta. La Santa Capilla está llena, y no se oye murmullo. Algunos han venido caminando kilómetros. Después, chocolate...
Rosario de la Aurora
Sacrificado. Terminada la esperada ‘Misa de Infantes’, sobre las 5.45 horas, llega al Pilar, procedente de la parroquia de San Pablo, la del ‘Gancho’. Este singular artefacto abre paso, sin herir, a la aurora que viene para presentar respeto a su ‘Reina de la mañana’.
Misa estacional
Solemne. Doce de octubre, a las 12.00 horas. Es la misa, por excelencia, que celebra el pastor diocesano, el Arzobispo, acompañado de todo el pueblo de Dios. Se interpreta con coro, rondalla, orquesta y órgano la ‘Misa Aragonesa’ del maestro Berdejo-Marín.
Ofrendas a la Virgen
Extensa e intensa. La primera es la de flores y se extiende, desde las 6.45 horas, durante todo el día doce de octubre. La segunda es la de frutos y se celebra el día trece, a las 12.00 horas, Las flores se convierten en frutos, y estos se ofrecen a los comedores sociales.
Rosario de Cristal
El día de después. A las 19.00 horas del trece de octubre, desde la plaza de San Pedro Nolasco, la oración que más gusta a la Virgen: como una Vía Láctea que ha bajado del cielo a la tierra y una sinfonía de luz y de color, de arte y de magnificencia incomparable.
Los infanticos
Los Infantes del Pilar, conocidos popularmente como "Infanticos del Pilar" es una de las escolanías que todavía hoy perduran en España. La institución formalmente instituida data desde el siglo XVII, aunque ya encontramos datos de su existencia desde el siglo XIII. En la actualidad hay diez infanticos entre los seis y los doce años que cantan diariamente a la misa capitular, por la mañana, y los gozos y la salve, por la tarde.